Rodrigo Soto
Por segunda vez en pocos años tengo la dicha de ser, desde estas páginas, el vocero de una buena noticia: EDUCA vive, EDUCA se salvó.
Sí: la querida, la histórica, la insustituible EDUCA, creada para jugar el papel catalizador espiritual e intelectual en Centroamérica, no sucumbió con la debacle administrativa que estuvo.a punto de borrar del mapa el CSUCA hace un par de años.
No: EDUCA se salvó. Y aunque quizás sea pronto para cantar victoria, una buena colección de nuevos títulos y reediciones recientes nos da motivos para pensar que lo peor ya pasó.
Nuevamente de la mano de Sebastián Vaquerano, quien fuera su director durante parte de los años 70 y 80, la editorial parece haber encontrado una línea coherente. Primero fue la colección de Antologías Poéticas: Darío, Garcla Lorca, Neruda, y alguno que se me queda por fuera. Todas, prolongadas y antologadas por reconocidos escritores del área. Más recientemente fueron la reedición de «La ruta de su Evasión•, la da los «Cuentos de Barro» de Salarrué, y la edición de «El Principito».
Y, por último, el lanzamiento de las obras ganadoras en el certamen EDUCA del año 1993: «Llévense a esos que cantan en La Esmeralda•, del cubano Adrián Meshad, y «El reino de la Zarza•, del hondureño Leonel Alvarado. Todo parece indicar entorlces que la política impulsada por el señor Vaquerano está orientada hacia los clásicos universales y centroamericanos, de salida relativamente rápida en el mercado, sin descuidar las novedades, cubiertas a través del Certamen anual.
Si la cantidad de títulos recientemente publicados es un buen indicador, no lo es menos su calidad editorial.
EDUCA parece haber reencontrado una imagen, un estilo gráfico y visual de presentación que, como en otros tiempos, identifica los títulos de la editorial. Y es, por cierto, un estilo agradable y moderno.
Lo único que no parece haber cambiado, y hay que alegrarse de ello, es la política de precios, pues los de EDUCA siguen contándose entre los libros más accesibles del mercado editorial en nuestro país.
Sólo esperamos que todos estos signos favorables que hoy nos llevan a anunciar el renacer de EDUCA, nos hagan pronto hablar de su definitivo restablecimiento y consolidación.
Citar como:
Rodrigo Soto. «El renacer de EDUCA» Semanario Universidad. 1993.