ACEPTACIÓN Y RENUNCIA
Vivir el presente exige de nosotros la aceptación incondicional y completa del pasado, de todo lo vivido, incluyendo nuestras cagadas y mierdas, hasta las irreparables. Solo a partir de una aceptación como esa somos libres para vivir el presente. Hasta las estirpes que han vivido Cien Años de Soledad tienen derecho a una segunda oportunidad sobre la Tierra, y la oportunidad está ahí, delante de nuestras narices, en todo momento. Solo es cuestión de tomarla, pero hacerlo implica al mismo tiempo una renuncia… Contrariamente a lo que piensan muchos, rechazar el pasado, o negarlo, es aferrarse a él. La única superación posible pasa pasa por la aceptación. Aceptación y renuncia: las antípodas se encuentran.
<< Página principal